En esta entrada del blog , voy a hablar de la evolución de la imagen con fines de poder político a lo largo de la historia.
Veremos como los que poseen el poder han tratado de mostrarse ante los ojos de aquellos a los que gobiernan , de sus homólogos en otros países o ante sus rivales políticos haciendo uso de gestos, símbolos y representaciones que son captadas en imágenes cargadas de intencionalidad. Con la ayuda de las imágenes, tratan de crearse una identidad, un sello personal con el que mostrarse al mundo.
En nuestro recorrido en el tiempo, empezaremos hablando del Antiguo Egipto.
La figura más importante era el rey (faraón). El rey, en cuanto gobernante de Egipto, trascendía de lo humano y adquiría carácter divino en la medida que gobernaba, porque gobernar y dictar leyes era reproducir mágicamente en el mundo el sistema divino de los dioses. El rey, era el que dirigía la historia del país y lo hacía en virtud del derecho divino, es decir, el orden universal y por ello podía gobernar, dictar y emanar derecho y mantener al país en orden frente a las fuerzas disgregadoras del Caos.
Un ejemplo de esta naturaleza poderosa, casi divina, la encontramos en Ramsés II, Durante su reinado, Egipto conoció su último y más brillante esplendor, gracias a una etapa de prosperidad económica, que favoreció el desarrollo de las letras y permitió la realización de importantes obras arquitectónicas.
Ramsés II es uno de los faraones más célebres y recordados del antiguo Egipto. Hay miles de leyendas sobre sus hazañas, y también es uno de los más populares porque hay muchas reliquias y recuerdos de sus 66 años en el poder. Empleó su inmenso poder político, económico y militar para ensalzar su propia divinidad (estatuas, templos, tumbas, capillas, su nueva capital Pi-Ramsés...) y la importancia, en este mismo sentido, de su familia y dinastía. Ramsés mantuvo una activa propaganda política y religiosa cuyo objetivo final era destacar la divinidad del rey, su gloria y su posesión del poder absoluto.
Un ejemplo de esas muestras de poder, las podemos ver en las escenas grabadas en las paredes de la sala hipóstila del templo de Ramsés II. Entre ellas, las más importantes son las que representan la Batalla de Qadesh, una batalla librada a finales del año 1274 a. C. Fue un combate de infantería y carros en la que se enfrentaron las fuerzas egipcias del faraón Ramsés II y de los hititas de Muwatalli.
En estas imagenes de abajo podemos ver a Ramsés II matando a sus enemigos. Se trata de una de las muchas escenas en las que el faraón es el protagonista, destacado en tamaño, en movilidad o en fuerza.
Ramses II matando a sus enemigos
Continuaremos con la Antigua Grecia. Bajo estas lineas, podemos ver la imagen del busto de Alejandro Magno realizado en mármol en el 300 a. C. Alejandro fue el rey macedonio más importante de todos lo tiempos y se convirtió rápidamente en legendario dado el vasto imperio que construyo sobre los territorios conquistados. Esta obra imita a otra realizada por Cares de Lindos y que representaba al Dios de sol.
Como podemos observar en la imagen Alejandro aparece el busto como si fuese una fotografía de primer plano en la que podríamos apreciar los rasgos físicos de este rey que tiene una apariencia joven y fuerte.
El hecho de que existan muchas esculturas y bustos levantados que traten de representarle es muy significativo y quiere decir que fue uno de los reyes mas importantes y poderosos de la Antigua Grecia.
Alejandro Magno
Si hablamos de Roma, veremos que el afán de ser reconocidos y admirados por el pueblo sigue siendo un deseo de los poderosos.
Podemos encontrar un claro ejemplo en esta fotografía que mostramos abajo. En ella podemos ver la estatua de Octavio Augusto , esta hecha en mármol y mide unos 2 metros de altura, realizada una vez fallecido el emperador en el 14 d. C. Parece ser una copia de un originar de bronce que se realizo en torno al año 19 o 20 a. C. en Roma. Observamos al emperador romano vestido con traje militar de gala, como jefe militar absoluto y con rica coraza, en actitud heroica y decidida, como hablándole al publico o dirigiéndose a sus tropas.
Esto lo intuimos al tener al mano derecha levantada. La expresión de la estatua es muy natural y el parecido con la realidad se hace evidente al representar al detalle las facciones de Augusto ( carácter introvertido, mirada sombría, majestuoso).
Podemos ver al político sereno y seguro , prudente , frío... Es una realidad idealizada también apreciamos que el emperador va descalzo para darle una dimensión temporal de eternidad. Estas mismas características de un emperador poderoso podríamos haberlas apreciado si esto lo hubiésemos trasladado a una fotografía pues como ya hemos comentado la escultura es muy realista y realizada con mucho detalle y su intención última sería mostrara todos el poder y la fuerza y la grandeza del emperador.
Octavio Augusto
Continuando con nuestro recorrido nos adentraremos en la Edad Media.
La Monarquía Absoluta era la forma de gobierno popular en la Europa medieval y hasta finales del siglo XVIII. En ella, la sociedad era gobernada por un rey o una reina todopoderosos. El monarca tenía un control total sobre todos los aspectos de la sociedad, incluyendo: el poder político, la economía y todas las formas de autoridad. El monarca era capaz de mantener el control absoluto sobre la sociedad con la adición del feudalismo, que implicaba la colocación de personas en diferentes estamentos de poder, como: el clero, la nobleza y los campesinos.
En la siguiente imagen podemos ver la coronación de Carlomagno. Durante la Edad Media, el acto de coronación era un acto litúrgico que solemnizaba el acceso al trono del nuevo rey, e implicaba la aceptación de la corona y otros símbolos propios de la realeza. Esta pintura fue realizada para inmortalizar el momento en el que Carlomagno tomaba el poder.
Coronación Carlomagno
Otro ejemplo, lo encontramos bajo estas líneas. Se trata del retrato de Francisco I , rey de Francia. Esta obra la podríamos encuadrar en una figuración realista y atendiendo a la composición se puede apreciar un equilibrio en los volúmenes y una iluminación levemente lateral. Jean Clouet 1480-1541, de origen flamenco, es el autor de este retrato (1519). Si ponemos nuestra atención en los gestos, aunque la postura sea regia, su rostro no es severo, más bien se vislumbra cierta amabilidad, al igual que en la postura de sus manos, que reposan sobre un posible bastón la izquierda y la derecha descansa sutilmente sobre un pretil. Se trata de un recurso ilusionista característico del retrato de la época. Llama la atención la magnificencia en el ornato y en definitiva la señorial imagen en su conjunto del rey que se ve acentuada por la calidad de los ropajes. La figura del rey está muy detallada y utiliza el claro oscuro. El fondo del retrato es geométrico neutro, no utiliza edificaciones ni objetos que distraigan la atención de lo que pretende, utilizando mezcla de magenta, rojos cadmio “palaciego”, juega con dibujos geométricos cortesanos con lo que consigue integrar la figura y el fondo en su totalidad de esa ya mencionada magnificencia.
Francisco I de Francia
Para terminar con nuestro análisis sobre la evolución de las imágenes del poder, vamos a ver algunos retratos pintados y fotografías que abarcan desde el siglo XVIII hasta la actualidad.
Os presentaré primero, un retrato de Napoleón Bonaparte. Puro arte propagandístico, que siempre mejora un poco la realidad. Era cierto que Napoleón Bonaparte cruzó las montañas pero montado sobre una mula y le pidió a Jacques-Louis David que lo representara tranquilo, montado sobre un vigoroso caballo. Napoleón no quiso posar para este retrato y el pintor tuvo que ingeniárselas con un busto y un uniforme de Napoleón.
Poco a poco fue construyendo la escena como si fuera un personaje legendario, un nuevo Aníbal o Carlomagno, nombres que de hecho aparecen inscritos en las rocas.
Todo tiene un aspecto dinámico (incluso el clima) y Napoleón nos mira levantando su mano para que le sigamos en sus conquistas. Su cara es serena y seria, demostrando que podía ser un gran gobernante.
El caballo por el contrario no es tan sereno y sus ojos aparecen enrojecidos . Si trajésemos esta imagen, del siglo XVIII al siglo XXI, probablemente hubiese sido una fotografía mandada editar por Napoleón.
Napoleón Bonaparte
Las dos imágenes siguientes se corresponden, la primera con un retrato oficial del rey Alfonso XII, donde lo vemos con aspecto solemne, en primer plano posando pero sin mirar directamente a la cámara. Su rostro es serio pero tampoco se muestra excesivamente lejano. Va vestido con uniforme con galones mostrando sus méritos militares y su poder . Se trata de un retrato bastante clásico , típico de un rey europeo.
La segunda es una fotografía del siglo XX del político italiano Francesco Cossiga. Francesco, llegó a ser el octavo presidente de la república italiana (1985 a 1992.) Esta imagen suya parece tomada en un momento en el que participaba en algún tipo de charla o intervención en temas políticos. Es una fotografía muy natural, no posada. El fondo aparece borroso, pues quiere destacar la figura del político y desviar la atención de la persona que aparece detrás con los auriculares.
Alfonso XII Francesco Cossiga
Por último, y para terminar, llegamos a las imágenes del poder político más reciente. Gracias a la fotografía, podemos observar diferentes actitudes de nuestros políticos mientras son grabados por las cámaras. Imágenes muy naturales, muy cercanas. En el primer ejemplo, vemos al presidente del gobierno actual, dirigiéndose al público y en la otras dos imágenes vemos al señor casado y al presidente de la Junta de Andalucía en una actitud muy distendida. Las tres imágenes aunque poseen buena calidad están siendo tomadas en movimiento . He seleccionado estas tres fotografías pero podría haber elegido otras, por ejemplo un cartel propagandístico para las elecciones, donde apareciese el político, bajo las siglas de su partido, vestido formal pero con una gran sonrisa y con un gran eslogan. Hoy día gracias a la digitalización, cualquier fotografía es susceptible de ser manipulada. Lo importante, en esta política actual, tan propagandística, es que esas fotografías lleguen al mayor número de personas posibles. Aunque a veces todo parezca muy natural, en multitud de ocasiones, las imágenes están calculadas al milímetro: seleccionar la luz más favorecedora, la corbata o vestido con el tono similar al del partido, la mirada más confiable y sincera posible…, también es cada vez más frecuente, ver esos posados familiares donde todos aparecen dando la imagen de la felicidad más absoluta, y todo , como ya hemos ido diciendo, con ese fin último de mover a las masas hacia donde ellos quieren. Hoy en día la fotografía, las imágenes en general están al servicio del poder político y otro claro ejemplo de esto lo tenemos en las fotografías de la guerra que cada gobierno utiliza a su antojo para manipular a la población y justificar sus actos inhumanos e injustificables. Así, muestran aquello que quieren que veamos y modifican aquello que no, para posicionar a las personas y enfrentarlas según sus intereses políticos.
Reflexión
Después de haber realizado este recorrido a lo largo del tiempo, vemos cómo las personas poderosas se las han ido ingeniando con los medios que han ido encontrando a su disposición para hacer una propaganda de su poder , de su fuerza y en algunos casos incluso alarde de su superioridad. Querían asegurarse de no ser olvidados. Con estas imágenes han querido ser una ventana abierta, que dejase constancia de personas y acontecimientos del pasado. Han querido ser recordados por sus rostros, sus miradas, sus gestos, ropajes, sus hazañas… Las imágenes clásicas pueden parecer muy diferentes a las actuales pero en realidad son muy similares pues persiguen el mismo fin llegar al máximo número de personas posibles.
Las imágenes fotográficas son capturas para la eternidad de momentos concretos. Al principio estos momentos quedaban recogidos en pinturas, esculturas o en grabados como hemos visto pero eso sí, llevaba bastante más tiempo. En la actualidad, contamos con las fotografías que son las que verdaderamente pueden hacer esto. Son capaces de capturar para siempre una sonrisa, un apretón de manos o un mal gesto a través de la cámara en tiempo real.
Tanto las imágenes clásicas como las actuales, destacan el rostro de la persona y desean que este se vea lo más real posible ( aunque ahora existan los retoques fotográficos) y normalmente posan con la vestimenta que consideran más acorde con el mensaje que desean transmitir.
La imagen más clásica nos deja imágenes de políticos, reyes… mucho más posadas, más solemnes y la fotografía actual aunque puede hacer lo mismo, no suele hacerse, ya que ese distanciamiento ahora no estaría bien visto por la población. De hecho solo suele hacerse cuando se está en un acto institucional importante o se hacen posados con otros líderes políticos, donde aparecen con aspecto formal y serio unos al lado de otros.
Finalmente, para terminar, he realizado una foto en la que aparezco caracterizada como una representante política en mitad de una rueda de prensa. He querido presentarme como una mujer joven, vestida con ropa que me de un aspecto serio y confiable pero a la vez, mostrando un rostro sonriente que despierte la simpatía de aquellos que me vean para que así, empaticen conmigo y con mi discurso político. Me he colocado ligeramente de perfil, a la izquierda de una pantalla grande en la que se puede ver una gran imagen del logo de mi supuesto partido político. Con ello he querido no centrar toda la atención en mí, sino también en la imagen del partido que estoy representando y sobretodo he intentado mostrar una imagen cercana y muy natural.
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